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23 2014 SPAL Revista de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla 23 Sevilla (España) 2014 ISSN: 1133-4525 ● ISSN-electrónico: 2255-3924 ● DOI: http://dx.doi.org/10.12795/spal Secretaría: c/ Doña María de Padilla s/n. 41004-Sevilla (España), Tf: 34/954551417; Fax: 34/954 559920; Web: htp://www.publius.us.es/spal; Correo-e: spal@us.es EQUIPO EDITORIAL Consejo de Redacción Director Fernando Amores Carredano (Universidad de Sevilla) Secretario Miguel Cortés Sánchez (Universidad de Sevilla) Vocales José Beltrán Fortes (Universidad de Sevilla) Jaume Buxeda i Garrigós (Universidad de Barcelona) José Luis Escacena Carrasco (Universidad de Sevilla) Leonardo García Sanjuán (Universidad de Sevilla) Enrique García Vargas (Universidad de Sevilla) Dirce Marzoli (Deutsches Archäologisches Insitut, Abteilung Madrid) Margarita Sánchez Romero (Universidad de Granada) Consejo Cieníico Ana Margarida Arruda (Universidade de Lisboa, Portugal) María Belén Deamos (Universidad de Sevilla) Darío Bernal Casasola (Universidad de Cádiz) Nuno F. Bicho (Universidade do Algarve, Portugal) Massimo Boto (Consiglio Nazionale delle Ricerche, Italia) Laurent Callegarin (Université de Pau et des Pays de l’Adour, Francia) Rosario Cruz-Auñón Briones (Universidad de Sevilla) Carlos Fabião (Universidade de Lisboa, Portugal) Eduardo Ferrer Albelda (Universidad de Sevilla) Josep Mª Fullola Pericot (Universidad de Barcelona) Daniel García Rivero (Universidad de Sevilla) Beatriz Gavilán Ceballos (Universidad de Huelva) Alberto León Muñoz (Universidad de Córdoba) Maria Elisa Micheli (Università degli Studi di Urbino Carlo Bo, Italia) Josephine Quinn (University of Oxford, Reino Unido) Alonso Rodríguez Díaz (Universidad de Extremadura) Oliva Rodríguez Guiérrez (Universidad de Sevilla) María Luisa Ruiz-Gálvez Priego (Universidad Complutense de Madrid) Thomas Schatner (Deutsches Archäologisches Insitut. Abteilung Madrid) David Wheatley (University of Southampton, Reino Unido) Copyright: Los trabajos publicados en las ediciones impresa y electrónica de Spal son propiedad del Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla. Para cualquier reproducción parcial o total será necesario citar expresamente la procedencia. El Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla autoriza a los autores de los trabajos publicados en la revista a ofrecerlos en sus webs (personales o corporaivos) o en cualquier repositorio de acceso abierto (Open Access) pero exclusivamente en forma de copia de la versión post-print del manuscrito original una vez revisado y maquetado, que será remiida al autor principal o corresponsal. Es obligatorio hacer mención especíica de la publicación en la que ha aparecido el texto, añadiendo además un enlace al Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla (htp://www.publius.us.es/spal). Dirección y contacto. Postal: c/ Doña María de Padilla, s/n. 41004-Sevilla (España). Correo-e: spal@us.es, web: htp://www.publius.us.es/spal. Tf.: (34) 954 55 14 17, Fax: (34) 954 55 99 20 Maquetación. AM Centrográico. C/ Casilla, 122-124. 41010-Sevilla. Tf.: (34) 954 54 02 71. Correo-e: estudio@amcg.es Impresión. Ulzama Digital. Pol. Ind. Areta, calle A-33. 31620-Huarte (Navarra). Tf.: (34) 948 33 28 08. Correo-e: info@ulzama.com Distribución y venta. Spal se intercambia con cualquier publicación sobre Prehistoria, Arqueología e Historia Anigua de cualquier país. Los intercambios, suscripciones y adquisición se realizarán mediante peición a la Secretaría de la revista. La venta de números se hace a través del Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla (htp://www.publius.us.es). Ideniicación. ISSN: 1133-4525. ISSN-electrónico: 2255-3924. DOI: htp://dx.doi.org/10.12795/spal Depósito legal: SE-915-1993 Título Clave: Spal. Revista de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla. Título abreviado: Spal. La revista Spal (topónimo más aniguo atribuido a Hispalis, Isbilya o Sevilla) fue fundada en 1992 por el Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla con el propósito básico de servir de vehículo para la difusión de las invesigaciones realizadas en el campo de la Arqueología desde la Universidad de Sevilla. Aunque nunca se ha perdido ese especial interés por las invesigaciones relaivas a la Prehistoria y la Arqueología regional andaluza, progresivamente se ha ido abriendo a toda la comunidad cieníica nacional e internacional y ampliando los objeivos temáicos. En la actualidad se pretende que sea cauce prioritario para la publicación de invesigaciones arqueológicas del ámbito Sudoeste de Europa y del Mediterráneo occidental, así como de la Arqueología histórica de América y de estudios sobre la historiograía, las teorías, la metodología y las técnicas aplicadas en Arqueología o sobre el patrimonio arqueológico. Cobertura: Prehistoria y Arqueología, prioritariamente del ámbito Sudoeste de Europa y del Mediterráneo occidental, así como de la Arqueología histórica de América y de estudios sobre la historiograía, las teorías, la metodología y las técnicas aplicadas en Arqueología o sobre el patrimonio arqueológico. Números publicados: 21 (1992-2012). Los trabajos publicados podrán consultarse sin restricción editorial en formato PDF desde la página del Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla (htp://www.publius.us.es/spal). Spal aparece indexada en ISOC y Anthropological Literature, clasiicada en el grupo B de CIRC y encuadrada en el primer cuaril de las revistas del Área de Humanidades (3 de 88), según los índices IN-RECH y RESH. Frecuencia de publicación: Anual, publicada en marzo. Secciones: Editorial: podrá constar de los siguientes apartados, Comunicación editorial. De forma periódica, el Consejo de Redacción expondrá datos sobre el proceso editorial y de forma coyuntural los cambios, novedades o principales noicias relacionadas con la revista; Laudaio. Incluye apartados de in memoriam e in laudem, relacionados con jubilaciones, decesos o premios a invesigadores preeminentes de las áreas temáicas y geográicas abordadas por la revista. Cartas al director: 1.500 palabras. Esta úlima sección dispondrá también de revisores. Arículos: trabajos con un máximo en torno a 15.000 palabras. Trabajos originales de invesigación. Serán someidos a revisión de al menos dos evaluadores. Noiciario: un máximo en torno a 7.500 palabras que recogerá avances de proyectos de invesigación y temas novedosos o signiicaivos. Serán someidos a la revisión por al menos dos evaluadores. Recensiones y crónica cieníica: un máximo de 3.000 palabras. Consisirán en evaluaciones críicas de los trabajos reseñados y exposición de principales novedades de eventos cieníicos. Sistema de arbitraje. Los originales serán evaluados por dos expertos en la materia. Siempre que sea posible, se incluirán en el proceso revisor a especialistas en el área no pertenecientes a la Universidad de Sevilla. Los autores podrán proponer revisores. La respuesta razonada será comunicada al autor en un plazo no superior a tres meses desde la fecha de recepción del arículo. Políica de acceso abierto. La edición electrónica de Spal se ofrece en acceso abierto desde el primer número publicado en 1992 hasta la actualidad, bajo una licencia de uso y distribución “Creaive Commons Reconocimiento-No Comercial 3.0 España” (CC-BY-NC-ND), salvo indicación expresa. Los detalles pueden consultarse en la versión informaiva (htp://creaivecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/deed.es_ES) y el texto legal de la licencia (htp://creaivecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/legalcode). Éica en la publicación. La revista SPAL sólo publicará arículos originales y de calidad cieníica contrastada, se velará estrictamente para que no se produzcan malas prácicas en la publicación cieníica, tales como la deformación o invención de datos, el plagio o la duplicidad. Los autores ienen la responsabilidad de garanizar que los trabajos son originales e inéditos, fruto del consenso de todos los autores y cumplen con la legalidad vigente y los permisos necesarios. Los arículos que no cumplan estas normas éicas serán descartados. Las opiniones y hechos consignados en cada arículo son de exclusiva responsabilidad de sus autores. El Consejo de Redacción de Spal no se hace responsable, en ningún caso, de la credibilidad y autenicidad de los trabajos. Declaración de privacidad. Los nombres, direcciones de correo-e o cualquier otro dato de índole personal introducidos en esta revista se usarán solo para los ines declarados por esta revista y no estarán disponibles para ningún otro propósito. SPAL Nº 23 Sevilla 2014 ISSN: 1133-4525. ISSN-e: 2255-3924. DOI: http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014i23 Departamento de Prehistoria y Arqueología Facultad de Geografía e Historia Universidad de Sevilla ÍNDICE Artículos The temporality of Perdigões enclosures: absolute chronology of the structures and social practices ......... 11 La temporalidad del recinto de fosos de Perdigões: cronología absoluta de estructuras y prácicas sociales António Carlos Valera / Ana Maria Silva / José Enrique Márquez Romero Dataciones radiocarbónicas de contextos calcolíticos al aire libre en la cuenca media del Arlanzón (Burgos, España) ..................................................................................................................................... 27 Radiocarbon daing of chalcolithic open-air sites from Arlanzón river middle basin (Burgos, Spain) Eduardo Carmona Ballestero Las relaciones de solidaridad y reciprocidad en la protohistoria inal europea ............................................. 49 Solidarity and reciprocity relaionships in inal prehistory Europe Jesús Francisco Torres Martínez Confectio Gari Pompeiani. Procedimiento experimental para la elaboración de salsas de pescado romanas .... 65 Confecio Gari Pompeiani. Experimental procedure for the preparaion of roman ish sauces Enrique García Vargas, Darío Bernal Casasola, Víctor Palacios Macías, Ana María Roldán Gómez, Álvaro Rodríguez Alcántara y Joseina Sánchez García Los molinos del yacimiento del Cerro de la Cruz (Almedinilla, Córdoba): clasiicación y análisis de los ejemplares de época ibérica y emiral ...................................................................................................... 83 Grinding mills from the site at ‘Cerro de la Cruz’ (Almedinilla, Córdoba). Classiicaion and analysis of Iron Age and Islamic examples Fernando Quesada Sanz, Eduardo Kavanagh de Prado y Mercedes Lanz Domínguez Noticiario Materiales inéditos del Calcolítico procedentes de La Pestaña (Badajoz) .................................................... 121 Unpublished archaeological materials from chalcolithic site of la Pestaña (Badajoz) Juan Javier Enríquez Navascués y Sandra Palomo Lechón Un depósito ritual tardo-púnico de pequeños vasos frente a la Playa des Codolar (Ibiza) ............................ 137 A late-punic ritual deposit of small vessels in front of the Codolar Beach (Ibiza) Joan Ramon Torres A propósito de dos nuevos amuletos de Bes procedentes de Chipiona y Rota (Cádiz) ................................. Some relecions about two new amulets of Bes from Chipiona and Rota (Cádiz) Álvaro Gómez Peña y Jesús Rodríguez Mellado 147 Un relieve funerario hallado en Contributa Iulia Ugultunia ......................................................................... 167 A funerary relief found at Contributa Iulia Ugultunia Pedro Mateos Cruz y Antonio Pizzo La decorazione scultorea delle villae romane in Baetica............................................................................... 179 The sculptural decoraion of Roman villae in Baeica Maria Cristina Napolitano Inscripción romana del yacimiento de Gibalbín (Cádiz) con indicación de su condición de municipio....... 191 Roman inscripion from the site of Gibalbín (Cadiz) with an indicaion of its municipalis status Julián González Fernández Recensiones L. García Sanjuán, J.M. Vargas Jiménez, V. Hurtado Pérez, T. Ruiz Moreno y R. Cruz-Auñón Briones (eds.). El Asentamiento Prehistórico de Valencina de la Concepción (Sevilla). Investigación y Tutela en el 150 aniversario del descubrimiento de La Pastora. Sevilla, Universidad de Sevilla. Secretariado de Publicaciones, 2013. ........................................................................................................................... Juan Bernabeu Aubán Annalisa Marzano, Harvesting the sea. The exploitation of Marine Resources in the Roman Mediterranean, Oxford Studies on the Roman Economy, Oxford, Oxford University Press, 2013. ...... Darío Bernal Casasola 199 203 Información editorial Normas de publicación .................................................................................................................................. 209 Boletín para suscripción – Pedidos – Intercambios ................................................................................... 213 LOS MOLINOS DEL YACIMIENTO DEL CERRO DE LA CRUZ (ALMEDINILLA, CÓRDOBA): CLASIFICACIÓN Y ANÁLISIS DE LOS EJEMPLARES DE ÉPOCA IBÉRICA Y EMIRAL GRINDING MILLS FROM THE SITE AT ‘CERRO DE LA CRUZ’ (ALMEDINILLA, CÓRDOBA). CLASSIFICATION AND ANALYSIS THE IRON AGE AND ISLAMIC EXAMPLES FERNANDO QUESADA SANZ* EDUARDO KAVANAGH DE PRADO* MERCEDES LANZ DOMÍNGUEZ* Resumen: En este trabajo damos a conocer los molinos hallados en el yacimiento del Cerro de la Cruz (Almedinilla, Córdoba) correspondientes a los dos periodos de ocupación documentados en el yacimiento: ibérico tardío (s. II a.C.) y emiral inal o califal inicial (siglos IX-X d.C.). Se presenta una clasiicación y se discuten las posibles implicaciones de tipo socio-cultural que se pueden deducir del análisis y distribución urbana de este tipo de objetos. Palabras Clave: molinos, grano, tecnología, Cultura Ibérica, Periodo emiral Abstract: In this paper we discuss grinding mills from the archaeological site at El Cerro de la Cruz (Almedinilla, Corduba, Spain). They belong to the two periods identiied and documented at the site: Late Iberian (mid 2nd cent. BC) and the inal years of the Emirate of Corduba or the irst years of the Caliphate (late 9th-early10th cent. AD). We present a classiication and discuss the potential social and economic implications that we may obtain from the analysis and urban distribution of these objects. Key words: Grinding mills, grain, technology, Iron Age, Iberian Culture, Cordoba emirate. 1. CONSIDERACIONES SOBRE LOS MOLINOS DE LA EDAD DEL HIERRO, SU CLASIFICACIÓN Y CRONOLOGÍA grupo, obviamente más primitivo, el movimiento es realizado por una moledera agarrada con las manos que fricciona sobre una supericie ija plana, movimiento que produciría un desgaste característico a la parte pasiva o de la tabla. En el Cerro de la Cruz (Almedinilla) hemos podido documentar dos molinos de vaivén (nº cat. 15 y 16). Uno de ellos (nº cat. 15) es un fragmento hallado en un nivel supericial (A) de las excavaciones de 1987 (zona G12), sobre el espacio de la habitación I (=XVIII), asociado a cerámica ibérica y medieval. El otro (nº. cat. 16), más completo, apareció en supericie fuera de la zona excavada y, por tanto, sin Con un elevado grado de simpliicación, podemos distinguir dos grandes grupos de molinos en época antigua: de vaivén y rotatorios o rotativos. En el primer * Departamento de Prehistoria y Arqueología, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Autónoma de Madrid, 28049 Madrid. Correo-e: fernando.quesada@uam.es; eduardo.kavanagh@gmail.com; mercedes.lanz.dominguez@gmail.com ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 SPAL 23 (2014): 83-118 Recepción: 19 de junio de 2013. Aceptación: 1 de sepiembre de 2013 84 FERNANDO QUESADA SANZ / EDUARDO KAVANAGH DE PRADO / MERCEDES LANZ DOMÍNGUEZ Figura 1. Reconstrucción de molino rotatorio correspondiente a uno de los ejemplares hallados en el Cerro de la Cruz (no. 24/25 en nuestro catálogo) con indicación de la nomenclatura usada en el texto. contexto arqueológico preciso. En todo caso, no es del todo descartable la pervivencia ocasional de molinos de vaivén en la época ibérica más tardía, dado que este es un fenómeno documentado para el s. V a.C. en el yacimiento del Tossal del Moro (Arteaga y Padró 1990: 136) y para el s. III a.C. en el yacimiento de Mas Castellar de Pontós (Pons y García 2008: 172) (vid. infra). En todo caso, y aunque es tema importante para el que existen estudios signiicativos (especialmente Alonso 1996, 1999), la cuestión de la pervivencia de los molinos de vaivén y su progresiva sustitución por el modelo rotatorio es tema complejo sobre el que existe amplia bibliografía reciente y en el que no debemos entrar en este estudio, de alcance mucho más concreto. Un buen ejemplo de la complejidad de estas cuestiones puede hallarse en el caso de ‘La Mata de Campanario’ (Badajoz), donde la presencia de molinos barquiformes de vaivén de gran tamaño puede asociarse a estructuras de soporte (estancias 2 y 7), normalmente consideradas características de molinos circulares (Rodríguez et al. 2004 passim, espec. 208ss. y 271ss.). Sea como fuere, en el Cerro de la Cruz la casi totalidad de los molinos y todos los hallados en contexto son de tipo rotatorio. La cuestión sobre el origen cronológico y geográico de este tipo es objeto de un debate intenso, abierto hace años, y que todavía continúa. Lejos de pretender iniciar una nueva línea de discusión sobre dicho origen, por ahora recordaremos que si hace dos décadas la documentación existente era «más SPAL 23 (2014): 83-118 bien escasa y lo que es más importante, dispersa, particular y fragmentaria» (Escalera y Villegas 1983: 15), la situación cambia rápidamente, como se deduce sobre todo de los trabajos de Natalia Alonso (1996, 1997, 1999, 2000 y 2004) o de los de otros autores (Berrocal 2006), que nos permiten conocer las distintas visiones e hipótesis sobre el origen de los molinos rotatorios así como su dispersión por todo el Mediterráneo. El molino rotativo o rotatorio se caracteriza por constar de dos piezas de piedra de forma circular y sección variada, encajadas entre sí por planos inclinados y enlazadas por un eje vertical, de forma que la inferior (meta o pieza pasiva) permanece estática mientras que la superior (catillus o pieza activa) rota apoyada sobre la anterior. La pieza activa puede presentar una, dos o más muescas en los laterales exteriores, destinadas al enmangue de unos elementos de madera que facilitan el movimiento del conjunto. Para ello se ajustaría un eje vertical, entendemos que de madera por no haberse encontrado otros restos, embutido en el ojo u oriicio central de la meta (Guérin 1999: 89). Por su parte, la pieza activa recibiría dos o más vástagos verticales (montantes) encajados en muescas hechas a tal efecto en sus laterales. Finalmente, tanto el eje como los montantes se aianzarían a una viga o palanca horizontal que permitiría el giro de la pieza activa (catillus) (ig. 1). Algunos autores han considerado que este tipo de movimiento sólo podía ser ejecutado por dos personas (Borges 1978: 120). Se ha discutido incluso si el trabajo ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 LOS MOLINOS DEL yACIMIENTO DEL CERRO DE LA CRUZ (ALMEDINILLA, CÓRDOBA): CLASIFICACIÓN... 85 Figura 2. Sección del funcionamiento de un molino con catillus y meta (según Reille 2000: 268). en estos molinos manuales sería ejecutado por mujeres (vid. Moritz 1958: 111; Alonso 1999: 234). En el caso de los molinos que cuentan con una sola muesca de enmangue, la acción de rotación se ejecutaría mediante un brazo de madera inserto verticalmente en el catillus, ejecutando quizá un movimiento semirrotativo de 180º en vaivén. Un factor que puede orientarnos sobre si un molino se utilizó con un movimiento de rotación completa o de semi-rotación puede ser su disposición respecto a objetos o estructuras cercanas o inmediatas que determinen el espacio disponible. Ante la ausencia de evidencia en sentido contrario, estimamos que el conjunto de los molinos del Cerro de la Cruz estaría destinado a la transformación del grano con ines alimenticios, tal y como es evidente por la presencia de semillas y harina carbonizada junto a alguno de ellos (vid. infra). Para otros yacimientos también se ha propuesto que su uso fuera distinto a éste, acaso vinculados a tareas metalúrgicas (Risch 1995: 163). No existe todavía ninguna propuesta de tipología general que organice y articule el conjunto de los molinos rotativos del mundo ibérico y, menos aún, el conjunto de los de ámbito protohistórico ya que la mayoría de los estudios son clasiicaciones adaptadas al material hallado localmente, lo que diiculta su aplicación a otros conjuntos. Entre las tipologías más destacadas podemos señalar la que realizara Fernández de Avilés, quien llegó a catalogar un total de 406 ejemplares ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 (Berrocal 2006); los extensos y completos trabajos de Natalia Alonso (1996, 1997, 1999, 2000 y 2004), los trabajos de Mª Teresa Genis (1985 y 1986) para el yacimiento de Ullastret o los de Asensio para el yacimiento de Alorda Park (Asensio et al., 2000-01). Entre los trabajos realizados fuera de España destacaremos especialmente la obra de Py (1992) para los molinos de Lattes, cuyo criterio de clasiicación es de los más concretos, la obra de Borges (1978) para los molinos de Conimbriga y el reciente y voluminoso trabajo de Longepierre (2012) para la Galia meridional, en el que, sin embargo, se aprecia también una atenta mirada al escenario peninsular. La diicultad de ajustar la cronología a los molinos se debe a que se trata de piezas o herramientas que no sufrieron muchos cambios en varios siglos, dado que el mecanismo para la molienda seguía siendo básicamente el mismo. No son pocas las menciones a la escasez de estudios sobre los molinos y la diicultad de ajustar una cronología basada solamente en su tipología y no por su contexto. Para M. Py (1992: 195), los molinos del tipo rotativo bajo (B1 según su tipología) serían los rotativos más antiguos de Lattes, situándose en el siglo III a.C. Sin embargo, los molinos rotatorios de tipo bajo que se engloban en una tipología más amplia son, para este autor, ampliamente conocidos en el Mediterráneo ya desde el siglo IV a.C. Según Amouretti (1986: 246), los molinos rotativos manuales se documentan de forma esporádica ya en el siglo IV a.C. y, de SPAL 23 (2014): 83-118 86 FERNANDO QUESADA SANZ / EDUARDO KAVANAGH DE PRADO / MERCEDES LANZ DOMÍNGUEZ forma profusa, desde ines del III a.C., aunque estudios más recientes remontan su origen a fecha tan temprana como el siglo V a.C. (Alonso 1999: 241, 243, 251, 255, Longepierre 2012: 103). Tanto unos como otros coinciden en identiicar la península ibérica como lugar de origen de este tipo de molino (rotatorio). Sin lugar a duda los primeros molinos atestiguados son los de vaivén, puesto que el molino rotatorio supuso una gran evolución técnica. En algunos yacimientos, la perduración de este tipo de molinos primitivos es larga (Alonso 2000: 134), llegando a usarse incluso hasta inales del s. III a.C. (Junyet y Baldellou 1972: 57) e, incluso, quizá más allá, como podría apuntar el Cerro de la Cruz. Es común a muchos yacimientos que los dos tipos convivan a lo largo de los siglos, documentándose el rotativo desde el s. V a.C., en paralelo con el naviforme hasta por lo menos el s. III a.C. (Pons y García 2008: 173). Sin embargo, en otros yacimientos como Els Vilars, se localizan molinos rotatorios en contextos tan tempranos como el inal del s. VI a.C. (Alonso 1995: 16, 2004: 117), muy anteriores a otros yacimientos, posible indicio del origen peninsular de este modelo antes de su difusión hacia el Mediterráneo central (Alonso 1997: 18). En el poblado de Penya del Moro (St. Just Desvern) se han documentado dos molinos rotatorios fechados entre los siglos V e inicios del IV a.C. (citados por Arteaga en la publicación de Pinyeres, cf. además Alonso 1995: 17). En este caso, se ha planteado que su introducción vino determinada por el proceso de iberización de la comarca y como resultado de la llegada de gentes ibéricas procedentes de las regiones situadas más al este (Arteaga et al. 1990: 136). También se datan en torno a la segunda mitad del s. V a.C. ejemplares rotatorios en el poblado ibérico de Puig de la Nau (Oliver y Gusi 1995:183). La difusión del molino rotatorio es, sin embargo, aparentemente desigual, habiendo casos en los que su presencia no se documenta hasta la segunda mitad del s. III a.C., como sucede en el yacimiento de Más Castellar de Pontos (Pons y García 2008: 173). 2. CLASIFICACIÓN DE LOS MOLINOS DEL CERRO DE LA CRUZ El análisis del registro documental hallado en el yacimiento de El Cerro de la Cruz (ig. 3) nos permite identiicar una serie limitada de tipos, seis en total, con algunas variantes. Salvo el primer modelo, todos se corresponden con molinos rotatorios formados por dos piezas, una activa y otra pasiva. En tales casos, la SPAL 23 (2014): 83-118 tipología viene deinida por la forma del catillus, siendo la meta clasiicada en relación con su catillus correspondiente en los casos en que conservamos ambas piezas. A semejanza de otros autores que han trabajado estos objetos, el catálogo que ofrecemos a continuación ha sido elaborado exclusivamente para catalogar los molinos del Cerro de la Cruz. Como se ha indicado anteriormente, nos hemos basado en clasiicaciones similares diseñadas para otros yacimientos, lo que nos ha permitido establecer una serie de paralelos. Tipo 0: Modelo de molino perteneciente al grupo de los denominados “barquiformes” o “naviformes”. Se documentan dos ejemplares en el yacimiento. Tipo A: Molino rotatorio formado por dos piezas, una activa (catillus) y otra pasiva (meta). La pieza pasiva suele tener una parte baja (en contacto con el suelo) cilíndrica, que continúa en forma cónica con lados cóncavo-convexos o casi rectos. La pieza activa muestra la cara exterior vertical y una sección triangular. El catillus presenta profundas muescas verticales de sección cuadrangular para acoger el enmangue de madera, que partiría de la parte superior. En este tipo la supericie de fricción la parte inferior del catillus tiene una curvatura variada para adaptarse a la meta, que varía según el subtipo. Dentro de este modelo hemos identiicado las siguientes variantes: A1: Variante con dos escotaduras o muescas laterales diametralmente opuestas, talladas en la parte superior del catillus pero sin llegar a recorrer por completo su cara exterior. A veces, la escotadura se dobla ligeramente en ángulo recto en la parte inferior, en forma de “L” hacia un lado, no hacia el interior. A2: Modelo en el que las dos muescas de enmangue laterales recorren verticalmente la altura del catillus desde la parte superior a la inferior. A3: Modelo cuyo catillus cuenta con cuatro muescas de enmangue dispuestas en dos parejas, diametralmente opuestas. La primera pareja es visible desde la parte superior y, como en A1, recorre los dos tercios de la altura del catillus sin llegar a la parte baja. A menudo, esta escotadura se dobla en ángulo recto en la parte baja. La segunda pareja de escotaduras arranca desde la parte inferior y, por tanto, no es visible desde arriba y es mucho más corta. No se cruza en ángulo recto con la primera pareja sino que la línea diametral ideal que la une rota unos 30º respecto a la de aquella (ig. 3). ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 LOS MOLINOS DEL yACIMIENTO DEL CERRO DE LA CRUZ (ALMEDINILLA, CÓRDOBA): CLASIFICACIÓN... 87 Figura 3. Clasiicación de los molinos hallados en El Cerro de la Cruz. El tipo E es de tipo romano, y el F corresponde a la fase medieval andalusí. A partir de la pieza hembra o catillus. ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 SPAL 23 (2014): 83-118 88 FERNANDO QUESADA SANZ / EDUARDO KAVANAGH DE PRADO / MERCEDES LANZ DOMÍNGUEZ Tipo B: Es similar al modelo anterior con la diferencia de que en este caso se soluciona la necesidad de enmangue del catillus, no con muescas rehundidas en la piedra mediante tallado sino con salientes, muñones u orejetas que sobresalen a ambos lados del catillus. Estos apéndices están destinados a servir de asiento o encaje para los enmangues de madera, para el movimiento de rotación de la pieza. Adicionalmente, en este tipo la supericie de fricción, en la parte inferior del catillus suele presentar lados de tendencia marcadamente cóncava. En función del número de apéndices identiicamos dos variantes: B1: Modelo dotado de dos grandes apéndices dispuestos en los laterales del catillus. El interior de cada uno de ellos muestra una muesca o acanaladura vertical en forma de “T” invertida, destinada a acoger los enmangues que no abarca toda la altura del catillus. B2: Modelo dotado de apéndices dispuestos en parejas, pero las muescas verticales recorren toda la altura de la pieza, dejando sendos pares de orejetas. (1992: 203-204). En este último caso la semejanza de nuestro ejemplar con los modelos pertenecientes a la tipología “B2e” de este autor creemos basta para clasiicarlo como tal. La cronología de este último modelo es 150-125 a.C. coincidente con la cronología del Cerro de la Cruz (ca. 140 a.C.). Quizá se trate de una pieza procedente de la zona de la campiña o incluso de la vega del Guadalquivir. La cronología propuesta por Py para un modelo muy similar de tipo de molino data del 150-125 a.C. (Py 1992: 204). El catillus podría contar con una muesca horizontal lateral, aunque la conservación parcial del perímetro de la pieza nos impide airmarlo con rotundidad. Tipo C: Similar al tipo A pero dotado de una muy marcada concavidad en la parte superior de la pieza, quizá destinada a facilitar el vertido del grano en el interior del molino. El mal estado de conservación de los ejemplares documentados nos impide precisar el método de enmangue en este modelo y, por lo mismo, el tipo tiene carácter provisional, que eventualmente podría integrarse como variante del Tipo A. El tamaño de los molinos y, a partir de éste, su manejo puede ser calculado mediante criterios múltiples. El más sencillo, pero no por ello menos eicaz, es el de su diámetro exterior (ig. 17): Se aprecia en ese sentido que la mayoría de los molinos de tipo A, oscila en torno a los 51-58 cm de diámetro, un tamaño respetable pero no excesivo para lo que se conoce en otros yacimientos ibéricos. Un segundo grupo, más variado tipológicamente, oscila en torno a los 35-38 cm. Las piezas menores, en torno a los 30 cm, son las de tipo B. Los molinos planos de tipo romano (F) y los andalusíes medievales son más pequeños y mucho menos pesados que la mayoría de los ibéricos. En conjunto, los molinos ibéricos de tipo B y D y también los medievales de tipo F del Cerro de la Cruz son molinos rotatorios manuales y no ‘de sangre’ si se entiende por tales los movidos por animales o por personas trabajando en pie (v. infra). Más complejo es el caso de la mayoría de los ejemplares, mucho mayores (50-60 cm). La opinión generalizada es que por su tamaño, demasiado grande para realizar una rotación completa para una sola persona en posición sentada/acuclillada/de rodillas, estos molinos serían ‘de sangre’. Es la opinión de muchos autores (entre los últimos, Anderson 2011, Longepierre 2012: 77-78 y 86-87), para quienes por razones anatómicas humanas los molinos manuales no sobrepasan nunca los 40 cm de diámetro (nuestros Tipo D: La cara superior del catillus, en lugar de ser rehundida hacia el interior (lo que facilita el vertido del grano) como en los tipos A, B o C, es –por el contrario– plana o incluso vierte hacia el exterior y no el interior. El catillus cuenta con acanaladuras laterales de enmangue que parten de la parte inferior pero no la recorren en toda su altura. Tipo E: Molino rotatorio documentado en un único ejemplar, cuya sección de catillus tiende a ser triangular muy aplanada. La característica deinitoria de este molino es la desproporción entre el escaso grosor y el diámetro tanto de la meta como del catillus, lo que supone que el conjunto muestre un aspecto más ‘plano’. Creemos que se trata de un modelo de tipología ya romana republicana, como parecen sugerir algunos paralelos documentados. Así sucede con algunos casos de molinos rotatorios romanos referidos por Gudea (1997: variantes I.1.c y I.2.a) y destacadamente por Py SPAL 23 (2014): 83-118 Tipo F: Modelo que tanto por su tipología como por los contextos de hallazgo, parece corresponder a una cronología medieval emiral. Se trata de un molino rotatorio formado por dos piezas, activa y pasiva. El catillus muestra una sección rectangular, no triangular como en el tipo E. La supericie de la meta (y por tanto de fricción) es plana, siendo ésta la característica deinitoria del tipo. ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 LOS MOLINOS DEL yACIMIENTO DEL CERRO DE LA CRUZ (ALMEDINILLA, CÓRDOBA): CLASIFICACIÓN... tipos B y D), mientras que los que se articulan en torno a los 55 cm (nuestro tipo A) serían según su criterio siempre de sangre, movidos por un hombre en pie o un animal. En el Cerro de la Cruz, el espacio donde se ubican los molinos y la altura de las plataformas no permite tal cosa, por lo que incluso los molinos de 50-60 cm debieron ser movidos quizá por dos personas en posición acuclillada o de rodillas, lo que no deja claro si deben ser insertados en una u otra categoría. Los ojos de los molinos, destinados al eje vertical, pueden ser en el Cerro de la Cruz de forma circular (número de catálogo 21), o cuadrada, con rebajes (n. cat. 6) o sin ellos (n.cat. 24/25). La alternancia de ojos cuadrados y redondos se da en otros muchos contextos (Castella y Anderson 2004: igs. 15-16). En algún caso, hemos podido documentar el uso de láminas de plomo embutidas en el ojo para asegurar el enmangue de las piezas de madera, como en el molino 24/25 (vid. igs. 1, 4 y 11). La mayoría de los molinos del Cerro de la Cruz (ver catálogo para otros casos) se tallaron en toba calcárea porosa o ‘travertino’, o de similar roca carniola sedimentaria (Anderson 2011), cuyos mejores paralelos se encuentran en el cercano Museo Arqueológico de Priego de Córdoba, lamentablemente sin contexto arqueológico preciso (Anderson 2011). Indicio de la fabricación local de las piezas –o de la mayoría de ellas– puede ser, aparte del empleo de piedra de la comarca, el que alguna esté inacabada, caso de n.cat. 18. 3. CATÁLOGO En el presente catálogo de piezas (tabla 1, igs. 4 a 9) hemos numerado los ejemplares por piezas conservadas (no necesariamente por fragmentos, cuando varios trozos forman parte de la misma meta o del mismo catillus comparten el número de catálogo). De este modo, meta y catillus de un mismo molino llevan dos números distintos en el catálogo, sin perjuicio de que se estudien conjuntamente en aquellos casos cuya asociación es indudable, indicando la asociación mediante una barra (i.e. 26/27). El material usado para la fabricación de los ejemplares del Cerro de la Cruz es, en la mayoría de los casos, piedra caliza, toba calcárea (o travertino), muy fácil de trabajar. Excepciones a esta norma son los ejemplares nº cat. 7, de piedra granítica, el nº cat. 11, de arenisca, y los nº cat. 15 y 16, de identiicación pendiente. ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 89 Tipo 0 (naviforme o barquiforme) Nº CAT. 15 (ig. 9) Tipo: Parte pasiva de molino naviforme. Dimensiones: Longitud indeterminada; ancho supericie fricción indeterminado pero estimado en 30 cm; grosor de la pieza estimado en 8.5 cm Material: Piedra oscura densa y pesada de grano ino ¿basáltica? Estado: Menos del 25%. Muy rodado. Tipología: Fragmento de molino naviforme del que se distingue claramente la parte superior o de fricción. No se ha localizado la pieza activa. Localización/observaciones: G12, Bolsa 7, contexto a. Sobre estancia XVIII. Hallado en niveles supericiales (contexto a) y en asociación con material cerámico ibérico y medieval, lo que nos invita a pensar en una cronología igualmente medieval, aunque sin seguridad. Datación: Indeterminada, posiblemente medieval. Nº CAT. 16 (ig. 9) Tipo: Parte pasiva de molino barquiforme. Dimensiones: Longitudinal: 38.50 cm; ancho supericie fricción: 21.60 cm; grosor de la pieza: 11.60 cm. Material: Piedra negra densa y pesada ¿basalto? Estado: Más del 50%. Bien conservado Tipología: Parte pasiva de un molino naviforme. No se ha localizado la pieza activa. Localización/observaciones: Hallado en supericie en el camino de acceso al yacimiento. Procedencia exacta desconocida. Datación: Indeterminada, pudiendo ser ibérica o emiral-califal. Tipo A Nº CAT. 1 (ig. 4) Tipo: Catillus Dimensiones: Diámetro exterior: 50.68 cm. Diámetro interior (= diámetro del ojo): 17.22 cm. Material: Caliza/travertino Estado: Menos del 25% del diámetro. Muy rodado. Tipología: Pertenece al tipo A. No podemos precisar la variante ya que el mal estado de conservación nos impide identiicar vestigio de muesca o enmangue alguno. Localización/observaciones: Tres fragmentos. F13/14, estancia O, contexto “c”. Piezas de un mismo catillus, halladas en el interior del aljibe ibérico. Datación: Siglo II a.C. SPAL 23 (2014): 83-118 90 FERNANDO QUESADA SANZ / EDUARDO KAVANAGH DE PRADO / MERCEDES LANZ DOMÍNGUEZ Nº CAT. 3 (ig. 4) Tipo: Catillus Dimensiones: Diámetro exterior: incierto (el mal estado de conservación nos impide determinarlo). Diámetro interior: ca. 25 cm. Material: Caliza/travertino. Estado: Menos del 25%. Muy rodado, pero se observa bien una de las muescas del enmangue. Tipología: Tipo A. Paralelos: La forma general, inclinación de la supericie de fricción y muesca lateral son características propias de un número amplio de molinos de cronología y adscripción cultural ibérica, cuya cronología se estima genéricamente en torno a los siglos V-I a.C. (Longepierre 2012: 103, Alonso y Martínez 1999: passim, Asensio et al. 2000-2001: 68, planche 5 y 2a, entre otros). Localización/observaciones: Localización original desconocida. Datación: Mediados del siglo II a.C. Nº CAT. 26/27 (ig. 8) Tipo: Meta y catillus Dimensiones de la meta: Diámetro exterior: 52,5 cm. Diámetro del eje central: 5 cm. Profundidad del ojo: 4.88 cm, área de fricción: 2166 cm2. Material: Caliza/travertino. Estado: Casi 100%. Meta hoy fragmentada en su base y parcialmente erosionada en su apéndice superior. Tipología: Pertenece al tipo A. Paralelos: Similar al caso anterior (vid. entrada anterior). Localización/observaciones: Molino completo (meta y catillus) hallado in situ en la estancia ibérica AI (= e Estancia II), J15/W, contexto ‘b’, asociado a ánforas ibero-púnicas y otro catillus igualmente ibérico (cat. nº 7). El reducido espacio de la estancia prueba que estos molinos estaban almacenados, y no en uso, pues no hay espacio suiciente en derredor suyo para trabajar. Es posible en todo caso que provenga del derrumbe del piso superior o azotea. Datación: Mediados del siglo II a.C. Tipo A1 Nº CAT. 21/22 (ig. 4) Tipo: Molino completo formado por catillus nº cat. 22 y meta nº cat. 21. Dimensiones: Diámetro exterior: 59 cm, diámetro del eje central: 5.86 cm. Profundidad del oído indeterminada ya que la cima está erosionada. Área de fricción: 2712 cm2. SPAL 23 (2014): 83-118 Material: Caliza/travertino. Estado: Casi completo Tipología: Tipo A1. Paralelos: Se corresponde con el modelo R2 A1 de Alonso, documentado en los niveles III-IV de Els Vilars (Arbeca, Garrigues, Cataluña), esto es, a partir del siglo IV a.C. (Alonso 1999: 243, 253, ig. 163). También en Molí del Espigol (Tronabous, Pla d’Urgell, Cataluña), en contextos datados en un periodo comprendido entre ines del s. IV a.C. y el 200 a.C. (Alonso 1999: 254). Localización/observaciones: Molino hallado in situ, tanto su pieza activa como pasiva. La pieza activa (catillus nº cat. 22) aparece fragmentada en torno a su pieza pasiva (meta nº cat. 21). El catillus no ha sido dibujado ya que su excavación permanece inconclusa. Asociado a ánfora grecoitálica del siglo II a.C. Datación: Mediados siglo II a.C. Nº CAT. 24/25 (ig. 4) Tipo: Molino completo, formado por meta (nº cat. 24) y catillus (nº cat. 25). Dimensiones: Diámetro exterior 55 cm, altura total (meta+catillus): 59 cm; altura parte cilíndrica de la meta: 28/30 cm; atura del catillus 33 cm. Material: Caliza/travertino Estado: Completo. Tipología: Tipo A1 Paralelos: Vide entrada anterior. Localización/observaciones: L15, Estancia AB, contexto ‘an’. Molino completo hallado in situ en la estancia AB sobre plataforma de piedra y adobe. Llama la atención la presencia de lámina de plomo en torno al oído de la meta, para lograr una ijación más sólida entre la meta y eje del molino. Actualmente en exposición en el Ecomuseo del Río Caicena. Datación: Mediados del siglo II a.C. Asociado a F68 L de Camp. A y moneda Jano/proa del s. II a.C. Tipo A2 Nº CAT. 4 (ig. 5) Tipo: Catillus. Dimensiones: Diámetro exterior: 34.7 cm, diámetro interior: 8.4 cm. Material: Caliza/travertino. Estado: Buena conservación de en torno al 50%, con supericie de fricción claramente visible. Tipología: Tipo A2 similar al modelo A pero diferenciado de este en la característica de que la muesca ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 LOS MOLINOS DEL yACIMIENTO DEL CERRO DE LA CRUZ (ALMEDINILLA, CÓRDOBA): CLASIFICACIÓN... 91 Tabla 1. Columna de situación: In situ (hallado en el lugar de trabajo); Desplazado (hallado en excavación pero aparentemente desplazado de su ubicación original (reubicaciones y reutilizaciones); Descontextualizado (desconocemos su localización original). Nº Cat. Pieza Tipo UE Cuadrícula Situación Estancia/muro 1 Catillus Tipo A Contexto c (Bolsa 12.68) F13/F14 Desplazado Estancia O 2 Catillus Tipo A o D — — Descontx. — 3 Catillus Tipo A — — Descontx. — 4 Catillus Tipo A2 — — Descontx. — 5 Catillus Tipo A3 Contexto b F14 In situ Estancia O 6 Meta Tipo A3 Contexto b F14 In situ Estancia O 7 Catillus Tipo B1 Contexto g (Bolsa 83) J15-W In situ Estancia AI(=II) 8 Catillus Tipo B2 US1295 K13 Desplazado Estancia XIV (entre los muros UC1213; UC1317; UC1199). 9 Catillus Tipo C — — Descontx. — 10 Catillus Tipo D — — Descontx. — 11 Catillus Tipo F 1004 (Bolsa 081) I11 Desplazado Estancia 1 medieval, sobre el espacio VI 12 Catillus Tipo F 1026 I12 Desplazado Medieval. Estancia V-IV 13 Catillus Tipo E 1034 (Bolsa 178) I14 Desplazado Estancia XXII-XXIV 14 Meta Tipo E 1034 (Bolsa 178) I14 Desplazado Estancia XXII-XXIV 15 Naviforme Tipo 0 Contexto a (Bolsa 7) G12 Desplazado Estancia XVIII (I) 16 Naviforme Tipo 0 — — Descontx. — 17 Meta Tipo A, B, C o D US 1020 I12 In situ Estancia V 18 Catillus Tipo A, B, C o D US 1161 G12 Desplazado Estancia XVIII 19 Meta Tipo A, B, C o D — — Descontx. — 20 — — — K16 Desplazado Espacio AE 21 Meta Tipo A1 US 1267 J12 In situ Estancia V 22 Catillus Tipo A1 US 1267 J12 In situ Estancia V 23 Meta retallada — US 1147 H14 Desplazado Estancia XXI (E) 24 Meta Tipo A1 Contexto an L15 In situ Estancia AB 25 Catillus Tipo A1 Contexto an L15 In situ Estancia AB 26 Meta Tipo A Contexto b J15-W In situ Estancia II (AI) 27 Catillus Tipo A Contexto b J15-W In situ Estancia II (AI) 28 Catillus Tipo F UC 1380 J17 Desplazado Reutilizado en muro emiral UC1380 29 — — — K15 Desplazado Espacio AE (calle) 30 — — — L16 Desplazado Reutilizado en muro 54 ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 SPAL 23 (2014): 83-118 92 FERNANDO QUESADA SANZ / EDUARDO KAVANAGH DE PRADO / MERCEDES LANZ DOMÍNGUEZ de enmangue perfora verticalmente el catillus a lo largo de todo su peril hasta llegar a atravesarlo, tal y como se comprueba claramente en este ejemplar. Localización/observaciones: Localización original desconocida. Actualmente en el Cerro de la Cruz, cuadrícula E-15, espacio T. Datación: 300-100 a.C. Tipo A3 Nº CAT. 5/6 (ig. 5) Tipo: Catillus y meta correspondientes a un mismo molino. Dimensiones: Diámetro exterior: 58.9 cm, profundidad del ojo de la meta de 6.16 cm. Diámetro interior: 18.9 cm. Material: Caliza/travertino. Estado: Casi 100%. Bien conservado. Tipología: Tipo A3, caracterizado por contar con hasta cuatro muescas de enmangue en su perímetro, formando dos parejas perpendiculares entre sí; la primera de las cuales viene tallada en sentido vertical desde la parte superior de la pieza y trazando un recorrido en “L”. La segunda, mucho más pequeña, tallada desde la parte inferior y de forma cúbica. Desconocemos paralelos de esta variante particular. El ojo de la meta cuenta con leves muescas laterales paralelas de función desconocida, acaso para aianzar mejor un eje de madera provisto a su vez de escotaduras. Localización/observaciones: Cuadrícula F14, Estancia O, contexto ‘b’. Molino hallado en el extremo oriental de la estancia ‘O’, junto a la puerta hacia el espacio P. Colocado sobre una plataforma de piedra y adobe provista, asimismo, de un canal para la recogida de la harina. Datación: Mediados siglo II a.C. Tipo B1 Nº CAT. 7 (ig. 6) Tipo: Catillus. Dimensiones: Diámetro exterior: 29.3 cm, diámetro interior: 6.8 cm. Material: Granito. Estado: Buena conservación de ca. 50% de la pieza. Tipología: Tipo B1. Supericie superior inclinada al interior. Dotado de sendos mamelones laterales de los que se conserva uno completo con sus dos apéndices. Llamamos la atención sobre el material granítico elegido para la factura de este objeto, ajeno a SPAL 23 (2014): 83-118 la geología local. Ello nos permite suponer que nos hallamos ante una evidencia de importación. Paralelos: Esta pieza la podríamos encuadrar en la tipología R2-A3 de Alonso (1999: 242-243, ig. 153), así como en la tipología B2.3 (variante D1447MRR) de Fernández de Avilés (Berrocal 2006: 289) de volandera cónica/cilíndrica con dos orejetas, documentado en numerosos yacimientos del levante y sur peninsular en el siglo III a.C. (Berrocal 2006: 291). Encontramos modelos muy similares en el Alt del Punxó, Cataluña (Espí et al. 2009: ig. 11) y también alguna semejanza con un ejemplar proveniente del yacimiento ibérico de Taratrato de Alcañiz (pieza D.1600) con dibujo de Fernández de Avilés (Berrocal 2006: 283). Merece señalarse que tanto su material (granito) como la forma ‘en T invertida’ de las muescas laterales son extrañas a las producciones ibéricas meridionales y más coherente con las producciones del NE peninsular. Así, conocemos un ejemplo similar, provisto igualmente de orejetas laterales, si bien con muescas en forma de L, no en T como el caso que aquí se estudia, y tallado en piedra caliza, no granito como en nuestro caso. Este ejemplar, procedente del cercano yacimiento de Los Zurriones (Priego de Córdoba) se encuentra depositado en el Museo Arqueológico de este mismo municipio (Anderson 2011: 3). Localización/observaciones: Cuadrícula J15-W, contexto g, bolsa 83. Hallado en la estancia AI. Esta pieza se halló in situ en excavación, pero las reducidas dimensiones del espacio donde se encontraba impedían su rotación, por lo que probablemente estuviera almacenado. Datación: Mediados del siglo II a.C. Tipo B2 Nº CAT. 8 (ig. 6) Tipo: Catillus Dimensiones: Diámetro exterior: 29.9 cm, diámetro interior: 6.7 cm. Material: Caliza/travertino. Estado: Buena conservación que alcanza a más del 50% de la pieza original. Tipología: Pertenece al modelo o tipo B2, modelo que se caracteriza por la presencia de dos mamelones a cada lado, entre los cuales se aianzaba el montante. De estos mamelones se conservan únicamente dos, aunque se intuye la existencia original de otros dos apéndices que harían un total de cuatro (dos por cada lado). Se asemeja al modelo B1, ya discutido ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 LOS MOLINOS DEL yACIMIENTO DEL CERRO DE LA CRUZ (ALMEDINILLA, CÓRDOBA): CLASIFICACIÓN... 93 Figura 4. Catálogo de molinos del Cerro de la Cruz (1/6). Tipos A, A1, números de catálogo 1, 3, 21, 24/25. ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 SPAL 23 (2014): 83-118 94 FERNANDO QUESADA SANZ / EDUARDO KAVANAGH DE PRADO / MERCEDES LANZ DOMÍNGUEZ anteriormente (vid. nº cat. 7), pero el caso que aquí tratamos está tallado en piedra caliza (y no granítica como aquél), por lo que podría tratarse de una variante local, y con piedra local, del modelo B1. Paralelos: Esta pieza guarda cierta semejanza con el tipo B2.2, variante D1396-T de la tipología creada por Fernández de Avilés (Berrocal 2006: 289, ig. 8) pero de la que distingue porque, en nuestro caso, las orejetas se proyectan desde la base del catillus y no desde su cima. Localización/observaciones: Cuadrícula K13, US 1295. Hallado en la conluencia de los muros ibéricos UC 1317, UC 1213 y UC 1199. El exiguo espacio entre dichos muros permite descartar una ubicación en uso para este molino y podemos suponer que su ubicación respondiera al mero almacenaje o acaso como apoyo o soporte. Datación: Siglo II a.C. trata de una muesca vertical destinada a acoger un enmangue igualmente vertical. Este tipo de enmangues exige duplicidad. Paralelos: Guarda cierta semejanza con el tipo M-1 de los estudiados en el yacimiento de Alorda Park (Asensio et al. 2000-2001: 68), modelo datado en torno al 300-200 a.C. (Asensio et al. 2000-2001: 65). En ambos casos el catillus presenta una parte superior convexa y dos muescas laterales paralelas cercanas a la base y no a la cima, como en la mayoría de los casos. También comparte la muesca lateral cercana a la base con un ejemplar del castro de Nostián (Berrocal 2006: 280, ig. 3) del que, sin embargo, se distingue al carecer este último de supericie convexa. Localización/observaciones: Descontextualizada. Datación: 300-100 a.C. Tipos A, B, C o D Tipo C Nº CAT. 9 (ig. 7) Tipo: Catillus Dimensiones: Diámetro exterior: ca. 55 cm, diámetro interior: 15 cm. Material: Caliza/travertino Estado: Menos del 25% conservado. Muy rodado. Tipología: Pieza fragmentaria y muy rodada, lo que nos impide identiicar algún tipo de muesca o enmangue. Pertenece al tipo C. Paralelos: Desconocemos paralelos correspondientes a esta variante concreta. Localización/observaciones: Actualmente se encuentra anejo a la valla de límite W del yacimiento. Sin procedencia. Datación: 300-100 a.C. Tipo D Nº CAT. 10 (ig. 7) Tipo: Catillus Dimensiones: Diámetro exterior: ca. 38 cm, diámetro interior: 11.7 cm. Material: Caliza/travertino Estado: Menos del 25% conservado. Muy deteriorado y rodado, a pesar de lo cual se aprecia claramente una muesca lateral para el enmangue. Tipología: Tipo D. Sólo se conserva una muesca, de las dos que con toda seguridad tendría en origen. Se SPAL 23 (2014): 83-118 Nº CAT. 17 (ig. 8) Tipo: Meta. Dimensiones: Diámetro exterior: 56.1 cm, diámetro interior: 28 cm, profundidad de 11.9 cm. Área de fricción: 2477.54 cm2. Material: Caliza/travertino. Estado: Casi 100% conservado. Erosión en torno al oído. Tipología: No se considera tipología para meta. Sin embargo, podría corresponderse con un molino cuyo catillus perteneciera a la tipología A, B, C, o D, todas ellas de iliación cultural ibérica. Paralelos: Morfología correspondiente al modelo genérico de metae ibéricas, de desarrollo en el área cultural ibérica desde el siglo V a.C. (Longepierre 2012: 103). Localización/observaciones: Cuadrícula I12, US 1020. Hallado in situ en la estancia V durante la excavación 2006. Esta pieza podría estar relacionada con el fragmento de catillus nº cat. 2. Datación: Mediados del siglo II a.C. Nº CAT. 18 (ig. 8) Tipo: Catillus. Dimensiones: Diámetro exterior: 53.4 cm, diámetro interior: 9,8 cm. Material: Caliza/travertino. Estado: Menos del 50%. Muy rodado. Tipología: Pieza aparentemente inacabada, lo que nos impide identiicar su tipología, pero probablemente correspondiente a un molino de tipo A, B, C o D. ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 LOS MOLINOS DEL yACIMIENTO DEL CERRO DE LA CRUZ (ALMEDINILLA, CÓRDOBA): CLASIFICACIÓN... 95 Figura 5. Catálogo de molinos del Cerro de la Cruz (2/6). Tipos A2, A3, nos. cat. 4, 5 y 6. ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 SPAL 23 (2014): 83-118 96 FERNANDO QUESADA SANZ / EDUARDO KAVANAGH DE PRADO / MERCEDES LANZ DOMÍNGUEZ Figura 6. Catálogo de molinos del Cerro de la Cruz (3/6). Tipos B1, B2, nos. cat. 7 y 8. SPAL 23 (2014): 83-118 ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 LOS MOLINOS DEL yACIMIENTO DEL CERRO DE LA CRUZ (ALMEDINILLA, CÓRDOBA): CLASIFICACIÓN... 97 Figura 7. Catálogo de molinos del Cerro de la Cruz (4/6). Tipos C, D, E y F, nos. cat. 9, 10, 11, 12 13 y 14. ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 SPAL 23 (2014): 83-118 98 FERNANDO QUESADA SANZ / EDUARDO KAVANAGH DE PRADO / MERCEDES LANZ DOMÍNGUEZ Localización/observaciones: Cuadrícula G12, US 1161, Estancia XVIII (=I). Desplazado. La principal característica de esta pieza es que está inacabada, ya que en la supericie de abrasión o de uso presenta una protuberancia que indica claramente que su talla no se ha completado. Podría ser un indicio de la fabricación local de algunos molinos. Datación: ¿300-100 a.C.? Nº CAT. 19 (ig. 8) Tipo: Meta. Dimensiones: Diámetro exterior: 50 cm, área de fricción: 2306.96 cm. Material: Caliza/travertino. Estado: Más del 50%. Incompleta, habiendo perdido el apéndice superior. Tipología: No se considera tipología para meta, sin embargo podría corresponderse a un molino cuyo catillus perteneciera a la tipología A, B, C o D. Localización/observaciones: Por una fotografía de los años ochenta sabemos que procede de la zona central, sin más precisiones. Datación: 300-100 a.C. Nº CAT. 23 (ig. 9) Tipo: Meta retocada. Dimensiones: Diámetro exterior: 35 cm, diámetro interior: 3.79 cm (podría no ser el ojo), con una profundidad de 3.52 cm, área de fricción: 983.28 cm2. Material: Caliza/travertino. Estado: Antiguo molino modiicado, retallado hasta eliminar su cima y nivelar su supericie. Tipología: La asignación a un tipo concreto es difícil, por haber sido reconvertido en un objeto distinto que nos impide conocer su aspecto original. No obstante parece corresponderse con una antigua meta de tipo ibérico. Localización/observaciones: Cuadrícula H14, US 1147. Nivel de suelo del semisótano estancia XXI. Nivel de destrucción e incendio. Quemada por el incendio. Se trata de una meta retocada. La cima ha sido rebajada para dotarla de una supericie plana. Sin embargo, aún en el borde de la cara superior se aprecia un área claramente pulimentada o abrasada por efecto del movimiento del catillus sobre él. El objetivo de la modiicación de la pieza nos es desconocido, acaso para una utilización como apoyo o base (pie derecho) de columna o alguna otra estructura, amortizando con ello su función original de molienda. La reutilización de molinos para usos SPAL 23 (2014): 83-118 edilicios es una función atestiguada en otros yacimientos, tal y como se constata, por ejemplo, en el yacimiento de Ullastret (Genis 1985:119). Datación de segundo uso: Mediados del siglo II a.C. Tipo A o D Nº CAT. 2 (ig. 9) Tipo: Catillus. Dimensiones: Diámetro exterior: ca. 38 cm, diámetro interior: 5,5 cm. Material: Caliza/travertino. Estado: Menos del 25%. Muy mal conservado, muy rodado. Tipología: Indeinida. Podría pertenecer a la familia de los tipos A o D, siendo imposible precisar más. Su estado fragmentario nos impide identiicar muescas en su peril, sin perjuicio de que las poseyera en origen. Paralelos: Sin paralelos conocidos. Localización/observaciones: Localización original desconocida. Datación: ¿300-100 a.C.? Tipo E Nº CAT. 13/14 (ig. 7) Tipo: Catillus y meta de un mismo molino. Dimensiones: Diámetro exterior: 45.3 cm, diámetro interior: indeterminado, diámetro del oído: 4.5 cm, área de fricción: 1612 cm2. Material: Caliza/travertino. Estado: Casi 50% conservado. Tipología: Tipo E. La escasa extensión del perímetro conservado del catillus nos impide determinar la existencia y forma de una eventual muesca para enmangue. Muy probablemente se corresponda con la parte activa (meta) nº cat. 14. Paralelos: Hay suicientes indicios que nos permiten sostener la iliación romana de este ejemplar, como parecen sugerir fuertemente su similitud con las variantes de molino romano I.1 y I.2.a según la clasiicación de Gudea (1997: 240-241); así como los modelos igualmente romanos de la tipología B2e de Py (1992: 203-204), datados en este último caso entre los años 150 y 125 a.C., fecha perfectamente coherente con el horizonte ibérico del Cerro de la Cruz. La presencia de un oriicio vertical central u ojo que atraviesa completamente la meta es una característica ajena tanto a la tipología ibérica como ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 LOS MOLINOS DEL yACIMIENTO DEL CERRO DE LA CRUZ (ALMEDINILLA, CÓRDOBA): CLASIFICACIÓN... 99 Figura 8. Catálogo de molinos del Cerro de la Cruz (5/6). Tipos A, B, C, D, nos. cat. 17, 18, 19 y 26/27. ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 SPAL 23 (2014): 83-118 100 FERNANDO QUESADA SANZ / EDUARDO KAVANAGH DE PRADO / MERCEDES LANZ DOMÍNGUEZ a la medieval, y propia, sin embargo, de la romana. Se trataría, en suma, de un ejemplo de molino de tipología y probable factura romana, importado y utilizado en contexto ibérico. Localización/observaciones: I14 (desplazado). US 1034 (bolsa 178). Sobre estancia XXII-XXIV. Datación: Mediados del siglo II a.C. Tipo F Nº CAT. 11 (ig. 7) Tipo: Catillus. Dimensiones: Diámetro exterior: 48.7 cm, diámetro interior: 4.8 cm. Material: Caliza/travertino. Estado: Casi 50% conservado, y en buen estado. Se observa claramente la supericie de abrasión. Tipología: Tipo F, supericie de abrasión o fricción completamente plana. Presenta un oriicio vertical para enmangue que atraviesa todo el peril. Ambas características son propias de los modelos de época medieval (vid. infra). Paralelos: Podemos identiicar paralelos similares a este modelo en los yacimientos de El Castillón (Montefrío, Granada), datados entre los siglos VIIIX d.C. (Motos 1991: 190), en Cabezo del Moro, en torno al siglo X (Gutiérrez 1996b: 205-206), yecla (Burgos) (González 1945: 31) o Vascos (Izquierdo 1979: 365 y lám. XI-2). Localización/observaciones: Cuadrícula I11, bolsa 081, junto a muro medieval UC 1028, en la US 1004 con material medieval, supericial, ubicación coherente con la cronología propuesta en función de la tipología. Datación: 700-1000 d.C. Nº CAT. 12 (ig. 7) Tipo: Catillus Dimensiones: Diámetro exterior: 34.2 cm, diámetro interior: 8.2 cm. Material: Caliza/travertino. Estado: Menos del 50% conservado. Tipología: Tipo F. Paralelos: Como en el caso anterior (vide supra). Localización/observaciones: Cuadrícula I12, hallada en la UE 1026, en asociación con materiales de cronología tanto ibérica como medieval. La tipología (F) a la que corresponde esta pieza, sin embargo, nos permite identiicarla como medieval. Datación: 700-1000 d.C. SPAL 23 (2014): 83-118 Nº CAT. 28 (ig. 20) Tipo: Catillus Tipología: Tipo F. Localización/observaciones: Molino de tipología medieval (tipo F) reutilizado en el zócalo del tosco muro emiral UC 1380. Este hecho nos permite suponer que el periodo de ocupación medieval del yacimiento sea relativamente prolongado, lo suiciente como para permitir la reutilización y amortización de un material tras su rotura accidental. Datación: ¿700-1000 d.C.? Sin identiicar Nº CAT. 27. Catillus de molino referido en Vaquerizo et al. (1991: ig. 18) y presente en las fotografías de la excavación de 1989 pero actualmente en paradero desconocido. Nº CAT. 29. Ejemplar referido en Vaquerizo et al. (1991: ig. 18) pero actualmente en paradero desconocido. Nº CAT. 30. Ejemplar referido en Vaquerizo et al. (1991: ig. 18) pero actualmente en paradero desconocido. 4. PLATAFORMAS PARA LOS MOLINOS En el yacimiento hemos podido documentar al menos dos, posiblemente tres, estructuras de composición mixta en piedra y adobe, destinadas a la doble función de servir de basamento para los molinos (aianzar el molino en el lugar y evitar que volcase), así como proveer a la labor de molienda de una supericie uniforme donde acumular el producto resultante de la moltura, que en el caso del cereal sería la harina y desde donde éste podría ser fácilmente recogido. Estas estructuras reciben el nombre convencional de “plataformas de molino”. Los ejemplares documentados en nuestro caso proceden de las estancias AB, O y posiblemente XXII, si bien en este último caso su identiicación como plataforma es incierta. Su morfología es muy similar, integrando una estructura circular de c 110 cm de diámetro y c 25 cm de altura, compuesta por barro y piedras dispuestas en doble anillo, siendo las piedras del anillo interno de menor tamaño respecto a las del externo. En el centro de la plataforma hallamos la meta del molino embutida hasta la altura de su supericie de fricción con la muela superior (igs. 10 y 11). Sobre la plataforma y ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 LOS MOLINOS DEL yACIMIENTO DEL CERRO DE LA CRUZ (ALMEDINILLA, CÓRDOBA): CLASIFICACIÓN... 101 Figura 9. Catálogo de molinos del Cerro de la Cruz (6/6). Tipo 0, meta retallada y A-D, nos. cat. 2, 15, 16, 23 ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 SPAL 23 (2014): 83-118 102 FERNANDO QUESADA SANZ / EDUARDO KAVANAGH DE PRADO / MERCEDES LANZ DOMÍNGUEZ en el momento de su excavación se pudo apreciar, en el caso de la estancia O, un enlucido de adobe provisto de un canal para la recepción de la harina (Vaquerizo et al. 2001: 131-132). El uso de este tipo de plataformas bajas no es desde luego exclusivo de este yacimiento, hallándose en numerosos yacimientos ibéricos de época plena como el Alt del Punxó: La zona central de la estancia […], está ocupada por una estructura de planta circular realizada en mampostería de piedras irregulares con un diámetro de 80 cm y del que solo se conserva una hilada de alzado. Esta estructura presenta unas características similares al poyo localizado en la estancia 1, de lo que se deduce que pudo tener una función similar de soporte de un molino. Esta interpretación se fundamenta en la localización de diversos fragmentos de las muelas superior e inferior de un nuevo molino rotatorio, similar al de la estancia 1, entre los niveles de derrumbe de esta estructura (Espí Pérez 2009: 38). Figura 10. Molino de la estancia “O” (F-14) (nº cat. 6), con la meta in situ sobre una plataforma de adobe con canal perimetral donde se encontró grano y harina carbonizadas y algún plato colocado para recoger la harina que cayera en el proceso de molienda. Campaña de 1987 (ver también Vaquerizo et al. 2001: ig. 48b). En Torre la Sal, en Cabanes (ss. III-I a.C.) aparecen también estructuras similares (Flors 2009: 192). Lo mismo ocurre en el poblado de El Tossal de Sant Miquel de Liria, a ines del s. III a.C., en cuyo Departamento 42a aparece una plataforma circular de 1 m de diámetro y 0,28 m de altura, considerada una gran área de trabajo, debido a la presencia de molino para cereal (Bonet 1995: 179). Más importante aún, en el Dpto. 46 del mismo asentamiento apareció otro gran molino circular en lo que se ha considerado un área de Figura 11. Patio en la zona norte de la excavación, estancia AB, con puerta para carros y molino in situ en la esquina suroeste del espacio (nº 24/25). El oriicio de la meta para el eje está forrado de lámina de plomo, para asegurar la sujeción de la pieza de madera embutida en él. SPAL 23 (2014): 83-118 ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 LOS MOLINOS DEL yACIMIENTO DEL CERRO DE LA CRUZ (ALMEDINILLA, CÓRDOBA): CLASIFICACIÓN... 103 Figura 12. Molinos del espacio abierto V (nos. cat. 21/22 al norte, parte superior; nº. cat. 17 en el centro). El primero de ellos estaba encajonado entre ánforas y fuera de uso en el momento de la destrucción del poblado. molienda de carácter comunitario (vid. infra) (Bonet 1995: 356, ig. 187). En el Departamento 4 del Puntal dels Llops (Olocau, Valencia) se documenta un molino asentado sobre un podio o basamento cilíndrico, pero aquí de 85 cm de altura, realizado en piedra y adobe y revestido de un enlucido de arcilla blanquecina, dejando una acanaladura que servía para recoger el cereal molido como en el Cerro de la Cruz (Bonet y Mata 2002: 57). Este caso es muy diferente al del Cerro de la Cruz: una plataforma de casi 1 m de altura implica un molino ‘de sangre’, accionado por personas en posición erguida o por animales. La plataforma circular sobre el suelo no es sin embargo universal; en otros poblados ibéricos, como en Tossal del Moro de Pinyeres, un molino rotatorio asociado a uno de vaivén aparece sobre un alto rebanco a su vez adosado a un muro (Arteaga et al. 1990: 61 ss. y ig. 9). Sea como fuere, en el Cerro de la Cruz la posición y altura de las plataformas conservadas es consistente ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 no con una posición en pie sino con un trabajo en posición acuclillada, arrodillada o sentada. El diámetro de los molinos (en la mayoría de los casos en torno a los 50 cm, ig. 17), es consistente con esta postura (también Alonso 2000:134). 5. CONTEXTO Y DISCUSIÓN: LOS MOLINOS DE ÉPOCA IBÉRICA La mayoría de los molinos se documentan en contextos de estancia y dentro de los mismos es usual localizar las metae o partes pasivas in situ que, al ser piezas pesadas y poco manejables, diicultan su traslado y resisten bien los procesos postdeposicionales. No sucede igual con los catilli, que por su mayor fragilidad y menor volumen tienden a aparecer fragmentados y en lugares ajenos a su contexto original. En algunos yacimientos, como Alorda Park, la ausencia de molinos SPAL 23 (2014): 83-118 104 FERNANDO QUESADA SANZ / EDUARDO KAVANAGH DE PRADO / MERCEDES LANZ DOMÍNGUEZ rotativos in situ en el interior de las casas puede ser atribuida a un abandono progresivo del lugar (Asensio et al. 2000-2001: 58). En el caso del Cerro de la Cruz el fenómeno es inverso, un repentino abandono tras un incendio y destrucción violenta asociado a un episodio bélico que impidió a sus ocupantes el rescate de los bienes muebles (Quesada et al. 2010: 92ss.). Se ha propuesto en algún caso que el menor peso de las partes activas (catilli) respecto a las pasivas (metae), habría favorecido la desaparición de los catilli del yacimiento dejando solo las metae (Guérin 1999: 90). En esta misma línea, en el yacimiento de Molí de Espigol, los investigadores son bastante cautelosos a la hora de interpretar los espacios de molienda al haber documentado solamente una piedra de molino aislado, ya que estas piezas podrían haber sido transportables (Camañes 2010b: 185). Contamos como se ha dicho con fragmentos de molinos naviformes, uno de los cuales (nº cat. 15) fue hallado en contexto probablemente ibérico (estancia XVIII), aunque aparentemente desplazado. Nos resulta particularmente interesante la constatación de estos testimonios pues son la prueba de la coexistencia de molinos rotatorios y naviformes o de vaivén en el siglo II a.C. Los naviformes no deben ser necesariamente entendidos como un rasgo de primitivismo pues, según han señalado otros autores, podrían ser más idóneos para la molienda de cereales vestidos como la cebada, en contraposición con los desnudos como el trigo común (Alonso 2000: 134). Tampoco podemos descartar su uso en la molienda de otros materiales distintos a los alimentos, como pigmentos o minerales o para usos diferentes como pulir o ailar objetos de hueso. Los ejemplares rotatorios hallados completos, esto es, con ambas piezas (pasiva y activa) presentes y en su lugar de reposo original (in situ), son por lógica aquellos susceptibles de suministrar un mayor volumen de información (igs. 10, 11, 12 y 15). Contamos con hasta seis ejemplos que podrían entrar en este grupo; ahora bien, de entre ellos debemos distinguir dos subcategorías. En primer lugar, aquellos a los que el in del poblado ibérico sorprendió en su lugar de uso –de molienda–; y en segundo lugar aquellos otros que probablemente estaban en reserva, almacenados (ig. 12). Hemos de atender al hecho de que la presencia de un molino en una estancia no implica necesariamente su uso en esa misma estancia. Sin embargo, el hecho de haber documentado una piedra de molino aislada no nos permite hablar con total seguridad de un espacio de molienda, ya que este tipo de elementos podrían haber sido transportables SPAL 23 (2014): 83-118 y, por lo tanto, su presencia no conirma su utilidad in situ (Alonso 1999). Por esta razón, este dato se debe tomar con cierta precaución y muestra la necesidad de considerarlos conjuntamente con el resto de elementos que constituyen el ámbito donde son testimoniados. Los sectores en los que fueron localizadas, en su mayoría, no mostraban un uso especializado sino que, por el contrario, demarcaban áreas plurifuncionales, constatándose a su vez actividades de tejido o/y almacenaje (Camañes 2010b: 185). Los molinos, aunque pesados, podrían haberse trasladado de una estancia a otra según las necesidades. El transporte de estos objetos no habría de ser necesariamente muy difícil. En el caso de los molinos de grandes dimensiones (tipos A, B, C, D), hemos de entender que su muela superior o catillus estaría embrazada por una viga horizontal de madera, lo que facilitaría su traslado. La distinción entre molinos en posición ‘de trabajo’ y otros ‘almacenados’ no es inmediatamente evidente y representa uno de los mayores problemas que suscita su interpretación. Los indicios que nos permiten suponer una ubicación laboral de un molino son, en primer lugar, la presencia de una plataforma bajo la meta, prueba evidente de que efectivamente aquel sería el lugar donde se operaría. En segundo lugar, los molinos rotatorios requieren un cierto espacio en derredor que permita el giro del eje horizontal (viga o palanca) del mismo, así como de las personas o animales que impulsan el mecanismo, por lo que aquellos molinos coninados en espacios muy reducidos (en ocasiones menos de 15 cm respecto a paredes o grupos de recipientes cerámicos de gran tamaño) no podrían haber sido accionados. Por último, la separación muy acusada entre las dos piezas componentes de todo molino rotatorio sugiere igualmente su almacenaje, aunque no es determinante pues la separación de ambas piezas puede en algún caso haber sido accidental, producto del colapso de las estructuras edilicias sobre los molinos. Atendiendo a estos criterios entendemos, por tanto, que con seguridad estaban en uso, incluso literalmente usándose, en el momento de la destrucción del poblado los molinos nos. cat. 24/25, 5/6 y, acaso también el 17. Los dos primeros se apoyaban sobre las plataformas de molino ya mencionadas (vid. supra). Por lo mismo, es evidente que al menos estos dos ejemplares estaban en uso en el momento del in del poblado ibérico (igs. 10, 11). Contamos también con un posible indicio de una tercera plataforma de molino hallada en la estancia XXII. Sin embargo, todo apunta a que se halla en un estrato de época emiral y sin presencia de molino sobre ésta, lo que nos impide identiicarla claramente como tal. ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 LOS MOLINOS DEL yACIMIENTO DEL CERRO DE LA CRUZ (ALMEDINILLA, CÓRDOBA): CLASIFICACIÓN... 105 Figura 13. Plano de la zona central excavada del yacimiento con indicación mediante número de catálogo de los molinos hallados (incluyendo los medievales), indicando el número de catálogo y la denominación de los espacios del poblado ibérico. ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 SPAL 23 (2014): 83-118 106 FERNANDO QUESADA SANZ / EDUARDO KAVANAGH DE PRADO / MERCEDES LANZ DOMÍNGUEZ En la misma estancia XXII (ig. 13), pero en nivel de uso ibérico, se halló un molino completo (nº 13/14), hallado en la UE 1034, junto al muro UC 1057, cuya tipología parece corresponderse con un modelo romano republicano del tercer cuarto del siglo II a.C. (supra tipo “E”), por tanto plenamente coincidente con la fecha propuesta para el poblado ibérico. El lugar de hallazgo es un pasillo relativamente estrecho (vid. ig. 15) pero dado que se trata de un molino de reducidas dimensiones, es probable que fuera activado por una única persona, sin necesidad de que ésta girara en torno al molino. Ello permite el uso de este molino en lugares estrechos y en cercanía con la pared. En cuanto al molino nº 17, apareció en el centro de la estancia V y con suiciente espacio en derredor para el movimiento de los obreros –o animales– que lo impulsaran, por lo que podría haber estado en uso. La ausencia de plataforma y pieza activa asociadas nos impide airmarlo con rotundidad, toda vez que cabría su desplazamiento en el momento del colapso de las paredes circundantes, desde una posición ligeramente al norte, junto al molino 21/22. Por el contrario, algunos de los molinos parecen haber estado almacenados y no en uso, como se deduce del lugar en el que fueron hallados. Algunos aparecen en estancias diminutas y abarrotadas de otros objetos, especialmente ánforas prácticamente adosadas a los mismos, tal como sucede con los molinos 7 y 26/27. Casi con seguridad, este fuera también el caso del molino rotatorio 21/22, hallado completo (piezas pasiva y activa) pero en una proximidad tal con dos de los muros de la estancia (muros UC1237 y UC1344 de la estancia V) y emparedado entre una hilera de cuatro tinajas ibéricas, justo al norte, y un ánfora grecoitálica, justo al sur, que hace imposible su uso efectivo. Incluso asumiendo un giro parcial y no completo de la muela superior, la cercanía tan estrecha con el paramento habría impedido la recogida de la harina vertida. En estos casos debemos suponer que los molinos estaban en reserva, almacenados, y en espera de ser sacados de la estancia para ser utilizados. En apoyo de esta hipótesis está el hecho de que en ocasiones hallamos piezas activa y pasiva separadas, lo que redunda en la impresión de almacenaje. Por in, contamos con una serie de ejemplares cuya ubicación resulta difícil explicar en términos de empleo. Así, contamos con varios fragmentos de un mismo catillus en el fondo del aljibe ibérico de la estancia “O” (núm. cat. 1). En este caso, parecería en apariencia razonable suponer que fue arrojado intencionadamente como pieza de desecho una vez amortizado el aljibe. SPAL 23 (2014): 83-118 Pero el contexto arqueológico de destrucción violenta es claro. La pieza perteneció al nivel de uso de la estancia, donde el aljibe de la habitación O estaba cubierto por planchas de madera, al contrario que su vecino de la estancia Q, tapado con grandes lajas de piedra. En el momento del incendio y derrumbe, el catillus, que quizá procediera incluso de una planta superior, acabó en medio de los escombros y maderos que rellenaron bruscamente el aljibe (ver al respecto sobre el hundimiento del aljibe también Vaquerizo 1990:102-103). A estos casos debemos añadir una serie de fragmentos desplazados, hallados en ubicación distinta a su lugar de origen. Así, documentamos fragmentos de molino sobre los espacios de calle o plaza ibéricos XXVI, XXVII e “y” (nos cat. 29, 31 y 3) que podrían ser bien ser productos de desecho, bien piezas reutilizadas para la construcción de la propia calle o, por último, molinos que sencillamente estuvieran depositados o cuyo uso se obrara en la propia calle, a la sombra de los aleros de las casas. Por otro lado, no hemos hallado indicio claro de la colocación de molinos en los pisos superiores o azoteas de las viviendas ibéricas, lo que ciertamente cabría suponer en al menos un espacio (estancia II, cat. 26-27). La potencia de los muros de las construcciones del Cerro de la Cruz, capaces de sostener incluso varios pisos, hace que no descartemos de antemano esta posibilidad, plausible por ejemplo en el caso de la estancia II. De hecho, se ha propuesto esta ubicación en alto en lugares como el Dpto. 4 del Puntal dels LLops (Bonet y Mata 2002: 119) en Valencia o en la terraza del ediicio de la Mata de Campanario (Badajoz), yacimiento en el que el 82% de los molinos –eso sí, de vaivén– procede del piso superior y/o terraza (Rodríguez 2004: 275, igs. 111-112), aunque todo ello en fechas más antiguas que las del Cerro de la Cruz. La impresión que proporcionan todos estos datos es que no había un modelo de estancia especíica para el trabajo de la molienda. Así, encontramos molinos en uso en estancias delanteras de las plantas bajas de las casas, quizá en forma de porche (estancia “O”), pero sobre todo en patios (estancias V, AB), y en estancias que son casi corredores anchos (XXII). Los fragmentos hallados en las calles podrían sugerir el uso de estos instrumentos en ese medio, aunque no son en absoluto prueba de ello, pues pueden haber sido desplazados desde otro lugar, acaso en el momento de la destrucción del poblado o en las alteraciones estratigráicas que sabemos experimentó el yacimiento en época medieval. Merece comentario también un ejemplar (nº cat. 7), cuya tipología infrecuente (tipo B) y material (granito) ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 LOS MOLINOS DEL yACIMIENTO DEL CERRO DE LA CRUZ (ALMEDINILLA, CÓRDOBA): CLASIFICACIÓN... 107 Figura 14. Plano de la fase ibérica del yacimiento con indicación de los molinos hallados, indicando su carácter, en cada caso. ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 SPAL 23 (2014): 83-118 108 FERNANDO QUESADA SANZ / EDUARDO KAVANAGH DE PRADO / MERCEDES LANZ DOMÍNGUEZ Figura 15. Plano de la fase ibérica del yacimiento con indicación de los molinos hallados in situ. SPAL 23 (2014): 83-118 ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 LOS MOLINOS DEL yACIMIENTO DEL CERRO DE LA CRUZ (ALMEDINILLA, CÓRDOBA): CLASIFICACIÓN... 109 Figura 16. Plano de la fase ibérica del Cerro de la Cruz con indicación de los molinos hallados desplazados, esto es, en posición distinta a la ocupada mientras permanecieron en uso. ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 SPAL 23 (2014): 83-118 110 FERNANDO QUESADA SANZ / EDUARDO KAVANAGH DE PRADO / MERCEDES LANZ DOMÍNGUEZ se corresponden plenamente con modelos propios del NE peninsular (Alonso 1999: 254, Alonso 2000: 135, Asensio 2000-01: 69, Espí 2009: ig. 11, Sanmartí 1992: ig. 37), siendo por el contrario ajenos a los yacimientos meridionales. Asimismo, el área en torno al Cerro de la Cruz carece de canteras de piedra granítica, lo que hace más que probable que nos hallemos ante un objeto importado desde regiones quizá alejadas (sería excesivo proponer el NE peninsular), con las implicaciones que de ello se deban deducir en cuanto al comercio de piezas de molino en el mundo ibérico. Un comentario particular merece el caso de aquellos molinos o piezas de molino que han sido reutilizados, quizá una vez dañados, para funciones distintas al diseño original. Este es el caso de la pieza número 23, aparentemente utilizada como pie derecho. Se trata de una pieza pasiva (meta) encajada en el suelo de la habitación y cuya parte superior ha sido tallada (rebajada) para con ello crear una supericie horizontal donde reposar acaso una columna u otro objeto; además, en su centro aún se observa parte del oriicio central destinado a acoger el eje del molino. Observamos sin embargo que este retallado no ha afectado al conjunto de la pieza, restando un breve espacio en torno al borde superior, donde todavía se puede apreciar parte de la antigua supericie de fricción, demostrando con ello su muy distinto origen. Se halló en el extremo sur de la estancia XXI (un sótano o semisótano), a escasos 30 cm de la pared meridional, espacio sin embargo demasiado corto para argumentar una utilidad real como soporte de un pie derecho destinado a sostener un techo de amplia luz. La reutilización de molinos para usos edilicios es una función también atestiguada en otros yacimientos; así encontramos en Ullastret el empleo de un molino de vaivén para consolidar la pared de una estancia cuando éste dejaba de estar en uso (Genis 1985: 119). Contamos en el capítulo de las reutilizaciones (aparte de los reaprovechamientos en época medieval) con un fragmento de catillus ibérico de tipo B2 (número 8) que se encontró apoyado sobre el suelo, en la esquina interior entre los muros UC 1317 y UC 1199. Apareció en posición estrictamente horizontal y cubriendo todo el espacio de la esquina, lo que induciría a pensar que fue colocado así a propósito, acaso como base para apoyar ánforas. La posición del molino nº 5/6 requiere un comentario especial. Se ubica en el espacio (“O”) pero justo en el acceso a la estancia aneja de almacenamiento “P”, verdaderamente ‘justo en medio’ (ig. 10). Podemos SPAL 23 (2014): 83-118 suponer que entre las tres paredes próximas, de gran potencia, sujetaran una segunda planta (documentada además por mechinales en muros de adobe en estancias adyacentes), se erigiera un techo para un segundo piso que cubriría el lugar ocupado por el molino. Frente al conjunto se desarrollaría la calle (“S”) de carácter público, utilizada también como vertedero de huesos cocinados. Todo ello parece indicar que el molino se ubica en un espacio privado y probablemente a resguardo de la lluvia y otras inclemencias, pero con una estrecha proximidad y a la vista del espacio público, sin una neta distinción entre lo público y lo privado, detalles quizá no baladíes a la hora de hacer una interpretación social del fenómeno. Este mismo hecho se documenta también en otros yacimientos ibéricos de periodos similares, tales como el Cerro del Villar, Sa Caleta o La Bastida de les Alcuses, tal y como han puesto de relieve sus respectivos investigadores: La disposición de algunos molinos en asentamientos como Cerro del Villar o Sa Caleta indica que estos procesos de trabajo no siempre tenían lugar en el interior de las casas, en un ámbito estrictamente privado, sino que en algunos contextos se realizaban en áreas externas a las casas o en espacios abiertos usados de forma comunal por varias unidades domésticas. Este patrón espacial rompe la tradicional dicotomía público/privado y pone en cuestión la idea de que los procesos de preparación de alimentos siempre tienen lugar en ámbitos cerrados y aislados, sin interacción ni visibilidad social. Por el contrario, la distribución de algunas instalaciones e instrumentos usados en la preparación de alimentos en las colonias fenicias occidentales indica que algunos de sus grupos domésticos realizaba parte de estas tareas en espacios comunales y que estos lugares eran importantes escenarios de relación e interacción social (Delgado Hervás, 2010: 36). [...] en las casas de los conjuntos 3, 4, 5 y 12 no hay molinos, lo que sugiere que ciertos grupos muelen el grano en instalaciones comunitarias, como la identiicada en el dept. 155 junto al almacén del conjunto 7. En conclusión, estos datos permiten defender, en primer lugar, que existen diferencias en las tecnologías culinarias empleadas entre unas casas y otras, y, en segundo, que algunas unidades domésticas deben acceder a estructuras comunitarias de transformación (Iborra et al., 2010: 109). La ubicación de los molinos parece sugerir que o bien algunos molinos tenían un carácter público, o que las esferas de lo privado y lo público no estaban tan ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 LOS MOLINOS DEL yACIMIENTO DEL CERRO DE LA CRUZ (ALMEDINILLA, CÓRDOBA): CLASIFICACIÓN... 111 Figura 17. Diámetros de los molinos del Cerro de la Cruz. netamente diferenciadas como lo querríamos ver hoy, siendo acaso los molinos propiedad o posesión de grupos amplios de población, más allá de la familia nuclear. Algunos investigadores han propuesto para el mundo ibérico la existencia de molinos y espacios de molienda ‘comunitarios’ por oposición a privados, y que responderían a un patrón de economía dirigida por autoridades de carácter supra-familiar. El gran tamaño de algunos de estos molinos rotatorios y su concentración en algunos espacios es un argumento a favor de esta hipótesis (Pérez et al. 2000:162 ss.; vid. también Espí y Pérez 2009: 39-40; 46-47). En el caso del Cerro de la Cruz, ciertamente la presencia de grandes molinos, ocasionalmente duplicados en un mismo espacio (estancias II y V) podría sugerir algo similar, sobre todo si complementamos esta información con la existencia de verdaderos almacenes con decenas y hasta más de cuarenta ánforas llenas de grano (ig. 18) o líquido, abiertas a los espacios públicos, cuya capacidad desborda ampliamente el consumo familiar. Ciertamente llama la atención la ausencia de hogares bien deinidos en el área hasta ahora excavada del yacimiento, lo que nos ha llevado a considerar la ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 posibilidad de una especialización laboral en la que las labores de cocina se llevaran a cabo, bien en las plantas altas y/o azoteas que con seguridad existían (Vaquerizo et al. 2001:109), bien en otra zona distinta del poblado, separándose físicamente por tanto de la zona de molienda y otras actividades económicas a gran escala (ibd. p.104). Sin embargo es preciso recordar, en primer lugar, que la ubicua presencia de cenizas en el yacimiento, producto de su destrucción, puede haber camulado los testimonios; en segundo lugar, la ausencia de hogares identiicados como tales quizá no sea prueba suiciente de la ausencia de labores de cocina; y, por último, conocemos de la existencia de un brasero y un trébede, ambos de hierro (hallados en las estancias XVIII y XX respectivamente), que parecen sugerir labores de preparación de alimentos. En el caso del brasero, su posición original fue muy probablemente en un segundo o tercer piso de altura del ediicio, como se deduce de la alta cota del derrumbe en que fue hallado; en el caso del trébede por el contrario estaría originalmente a pie de suelo. Pero sobre todo debemos recordar la conspicua evidencia de otras actividades, fundamentalmente textiles, SPAL 23 (2014): 83-118 112 FERNANDO QUESADA SANZ / EDUARDO KAVANAGH DE PRADO / MERCEDES LANZ DOMÍNGUEZ Figura 18. Estancia III, con más de cuarenta tinajas para almacenar grano, abierta exclusivamente a la calle XXV, y aneja a dos zonas con molinos harineros. en los mismos espacios o adyacentes a donde aparecen los molinos (e.g. Vaquerizo et al. 1991 passim). El gran número de molinos, aljibes, almacenes de ánforas y pesas de telar en la zona excavada del yacimiento nos ha permitido en efecto proponer la hipótesis de que nos hallemos ante una posible zona industrial del poblado ibérico tardío, aunque en todo caso no acotada a un único producto, sino a procesos industriales en sentido lato: La localización de hasta siete molinos en un espacio menor de 600 metros cuadrados indica una considerable actividad de molienda y lo que resulta en principio más extraño, si nos encontramos ante un área especializada en la transformación de alimentos, es que los molinos se asocien a telares (o al menos a almacenes de pesas de telar) y ocasionalmente a grandes depósitos contiguos de agua. Si hay una especialización zonal, esta es en cualquier caso limitada a una actividad general de transformación/producción, sin una mayor precisión (Vaquerizo, Quesada y Murillo 1991: 183). SPAL 23 (2014): 83-118 Hoy la densidad de molinos ha aumentado. La dispersión de molinos del Cerro de la Cruz nos ofrece un dato que creemos relevante, como es el hecho de que no comparten el mismo espacio que el grano, ocupando cada uno estancias distintas en el poblado, nunca coincidentes pero sí adyacentes (e.g. espacios V/ III; O/P, etc.). Por otro lado y como hemos apuntado, el volumen de la mayoría de los almacenes de grano, caso particular de la estancia III (ig. 18) pero también los de las estancias I(=AFD), J, P, etc.), literalmente abarrotados de grandes recipientes, sugiere un control del grano, aceite y vino bien comunal o más probablemente organizada y dirigida por grandes familias. En cuanto al objeto de estas labores de molienda, contamos por ahora con el estudio de A.M. Arnanz (2000) sobre los macrorrestos vegetales carbonizados hallados en la “estancia O” y en el canal de recogida del molino nº 5/6, de esta misma estancia (ig. 10). En ambos casos se documentó una gran proporción de semillas de veza (Vicia stativa) y particularmente de yero ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 LOS MOLINOS DEL yACIMIENTO DEL CERRO DE LA CRUZ (ALMEDINILLA, CÓRDOBA): CLASIFICACIÓN... (Vicia ervilia), ambas leguminosas. Concretamente en el canal del mencionado molino las recogidas correspondieron en un 87% a yero y en un 12% a veza, documentándose también muy exiguos restos de trigo, cebada y una única semilla de vid. De ello quizá debamos deducir que el molino 5/6 habría sido usado en días o semanas anteriores para la molienda de trigo y cebada (la presencia de la única semilla de vid puede ser accidental), pero que en el preciso momento de la destrucción del poblado se dedicaba a la molienda de yero y veza. O, alternativamente, que las semillas distintas a yero y veza fueran también intrusiones accidentales producto de la imperfecta selección de las semillas. No podemos saber si estas leguminosas fueron destinadas a consumo humano o animal; se trata de alimentos hoy considerados poco aptos para el consumo humano y, por lo mismo, tradicionalmente empleados para alimentar al ganado, aunque su consumo humano también se documenta ocasionalmente (Arnanz 2000: 241ss). Sin embargo, en algunos de los almacenes del yacimiento (estancia III, por ejemplo) se documentan grandes cantidades de cereal, que parece haber estado en almacenamiento/consumo simultáneamente. Ante esta evidencia caben tres interpretaciones: a) Que las mencionadas leguminosas fueran destinadas al consumo humano, en el supuesto de una estructura social muy poco igualitaria donde se diera una diferencia en la dieta (cereales o leguminosas) entre unos y otros miembros de la misma comunidad en función de la condición económica o social. Según esta hipótesis, el gran almacén de cereal de la estancia III tendría carácter privado o exclusivo a un sector social. b) La segunda posibilidad, ya adelantada, es entender que estas leguminosas iban destinadas al consumo animal, hipótesis compatible tanto con una economía de carácter privado como comunitario. c) La tercera es, simplemente, que en años de barbecho se cultivara yero que se combinaría para la alimentación humana, y quizás también animal, con los cereales de otros años. Esta última opción, lógica además desde el punto de vista de la eiciencia de los cultivos (Arnanz 2000: 242) nos parece más probable. En todo caso, la existencia del gran depósito de cereal en la estancia III (ig. 18) nos permite desestimar la hipótesis de que el recurso a las mencionadas leguminosas se debiera a una carestía generalizada y, por lo mismo, tal acumulación de grano hace improbable que ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 113 la destrucción inal del poblado ibérico, que como sabemos fue violenta, sorpresiva y vinculada a un episodio bélico, sucediera a un asedio prolongado (Quesada et al. 2013). 6. LOS MOLINOS DE ÉPOCA ANDALUSÍ EMIRAL Incluimos en este trabajo los escasos ejemplares documentados de molinos de época andalusí y periodo emiral en el Cerro de la Cruz porque creemos relevante un estudio integral de los molinos del yacimiento, incluso si los dos conjuntos de materiales están separados entre sí por un hiato correspondiente al periodo romano, y porque además algunos molinos de época andalusí, de forma plana, pueden ser confundidos en museos y colecciones, donde aparecen descontextualizados, con otros de época romana, lo que hace relevante la publicación especíica. Hasta ahora hemos documentado tres casos de molinos de época andalusí en el Cerro de la Cruz. Se trata de modelos que cuentan con una cronología muy amplia, entre los siglos VII-XI (Gutiérrez 1996a: 237). Su tamaño es relativamente pequeño, sin duda como consecuencia del carácter familiar y no comunitario de las industrias alimenticias del periodo (Gutiérrez 1996a: 207) y la propia naturaleza modesta, casi de emergencia, del asentamiento en el Cerro de la Cruz (Carmona 2010, González 2010). Los ejemplos (ig. 13, números de catálogo 11, 12 y 28) son bastante homogéneos (igs. 9 y 19). Se trata de elementos de catillus casi plano que cuentan con oriicio vertical que perfora la pieza, destinado a acoger el enmangue. En uno de los casos (nº cat. 12) la muesca presenta la característica forma de “L” invertida. Podemos identiicar paralelos a este modelo en yacimientos como El Castillón de Montefrío (Granada), ejemplos datados entre los siglos VIII-X d.C. (Motos 1991: 190), en el Cabezo del Moro (Abanilla, Alicante), en torno al siglo X (Gutiérrez 1996b: 205-206) en yecla (Burgos) (González 1945: 31) o en el conjunto de Vascos (Toledo) (Izquierdo 1979: 365 y Lám. XI-2). El molino nº 11 procede del sedimento de la US 1004, unidad muy supericial con material medieval y junto al muro medieval UC 1028. Por su parte, el molino nº 12 se halló en la unidad US 1026, unidad removida muy cercana a la supericie, con una intrusión o fosa medieval. Está realizado en piedra arenisca, material ajeno a los molinos de época ibérica o romana en la zona. SPAL 23 (2014): 83-118 114 FERNANDO QUESADA SANZ / EDUARDO KAVANAGH DE PRADO / MERCEDES LANZ DOMÍNGUEZ Figura 19 Plano de la fase medieval emiral del Cerro de la Cruz con indicación de los molinos de esa etapa (tipo F). Un ejemplo de reutilización de molino en el poblado emiral es su uso a modo de ripio o elemento en un zócalo. Contamos con un caso maniiesto de esta práctica en el muro UC 1380, de cronología emiral, zócalo en sentido sur-norte, de muy mala calidad (ig. 20), en cuyo interior aparece una pieza perforada, parte de un catillus en posición horizontal (nº cat. 28) (ig. 20). Se trata de una pieza plana probablemente medieval (tipo F), aunque pudiera también ser romana (tipo E). En este caso la pieza aparece incompleta, por lo que podemos suponer que su uso arquitectónico sucedió a su rotura accidental. Es también un ejemplo de reutilización el caso de la pieza de molino nº 30, en este caso de origen ibérico, pero que se halló formando parte del paramento del muro 54 (estancia AB), de cronología emiral, construido sobre la entrada de la puerta de carros de la estancia ibérica AB (ig 11) (Vaquerizo et al. 1991: 183). SPAL 23 (2014): 83-118 Las fechas de los mejores paralelos para los molinos de época andalusí son pues coincidentes con la fecha que hemos propuesto para la fase medieval del Cerro de la Cruz, en época de la revuelta andalusí de Ibn-Hafsún (Quesada et al. 2012). 7. CONCLUSIONES La catalogación, clasiicación tipológica, análisis y trabajo comparativo de un número sustancial de molinos hallados en contexto de excavación arqueológica en el yacimiento del Cerro de la Cruz (Almedinilla, Córdoba) es en sí misma una aportación sustancial al conocimiento de este tipo de objetos de evidente importancia económica. Relativamente bien estudiados para los contextos de la edad del hierro ibérica, sobre ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 LOS MOLINOS DEL yACIMIENTO DEL CERRO DE LA CRUZ (ALMEDINILLA, CÓRDOBA): CLASIFICACIÓN... 115 Figura 20. Reutilización de un fragmento de molino plano en la unidad emiral UC 1380. todo en Cataluña, Levante y Extremadura, resulta llamativa la ausencia de estudios comparables en Andalucía, ausencia explicable entre otras cosas por la escasez de excavaciones en extensión de hábitats de época ibérica. Se han deinido hasta seis tipos de molinos rotatorios, con sus variantes, y analizado sus materiales, dimensiones y empleo. Creemos que, aunque por su gran tamaño muchos de estos tipos han sido considerados como ‘de sangre’, en el contexto de las plataformas bajas del Cerro de la Cruz deben ser considerados como de rotación manual en posición arrodillada, sentada o acuclillada. Probamos la coexistencia de molinos de vaivén (raros) y rotatorios incluso en fecha tan tardía como la de la destrucción del poblado ibérico, hacia el 141 a.C. Defendemos la posibilidad de que algunos de los molinos se ubicaran en patios o porches, pero también en azoteas y plantas altas, y que en parte sirvieran a una molienda suprafamiliar. Algunos de los molinos del poblado ibérico estaban en uso en el momento de su destrucción, y otros almacenados. Alguno incluso estaba retocado y reutilizado para otras funciones. ISSN: 1133-4525 ISSN-e: 2255-3924 http://dx.doi.org/10.12795/spal.2014.i23.05 Se analiza también la evidencia de los granos que se molían, enfatizando la aparición de leguminosa como el yero junto al cereal. La fase emiral del poblado, separada por un milenio de la etapa ibérica, ha proporcionado también algunos molinos rotatorios de tipología en general todavía insuicientemente conocida, y en algunos casos similar a modelos de época romana. Agradecimientos Este trabajo se ha realizado en el marco del Proyecto ‘Estudio Arqueológico de la Comarca de Almedinilla’ inanciado por el Excmo. Ayuntamiento de Almedinilla y en el marco de un convenio entre dicha entidad y la Universidad Autónoma de Madrid (Proyecto Código 039500). Queremos agradecer a Timothy Anderson sus comentarios y sugerencias sobre el manuscrito original, aunque por supuesto la responsabilidad de lo escrito recae exclusivamente sobre los irmantes del artículo. Igualmente agradecemos sus detalladas observaciones a los evaluadores anónimos del texto original, cuyas sugerencias hemos incorporado en la casi totalidad de los casos. SPAL 23 (2014): 83-118 116 FERNANDO QUESADA SANZ / EDUARDO KAVANAGH DE PRADO / MERCEDES LANZ DOMÍNGUEZ BIBLIOGRAFÍA Alonso Martínez, N. (1995): “Les premières meules rotatives manuelles dans le nord de la Péninsule Ibérique”, en M.C. Amouretti y G. Comet (eds.), La transmission des connaisances techniques, Table Ronde. Cahiers d’Histoire des Techniques 3: 15-47. Aix en-Provence (1993), Aix-en-Provence, Publications de l’Université de Provence. Alonso Martínez, N. (1996): “Els molins rotatius: origen i expansió en la Mediterrània occidental”. Revista de Arqueologia de Ponent 6: 183-198. Alonso Martínez, N. (1997): “Origen y expansión del molino rotativo bajo en el Mediterráneo Occidental”, en D. García y D. Meeks (coords.), Techniques et économie antiques et médievales. Le temps de l’innovation: 15-19. Paris, Errance. 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